PENENTE | MEIS
Emplazada en el corazón del val do Salnés, la vivienda se encuentra rodeada de tierras de cultivo y viñedos, en un área de elevado valor paisajístico donde abundan pequeños arroyos y fragas.
El carácter rural del entorno determinó la elección de los materiales y la composición volumétrica de la casa, que por medio de la fragmentación busca adecuar su escala a la de las edificaciones tradicionales existentes.
El proyecto se sitúa estratégicamente en la parcela para aprovechar al máximo las excepcionales vistas panorámicas y regular la entrada de luz natural, adaptándose con suavidad a la pendiente del terreno.
La casa está formada por dos volúmenes de igual longitud, dispuestos en paralelo y resueltos con idéntica cubierta a dos aguas. En el primero se encuentra la zona de noche y en el segundo la zona de día, que se destaca sobre el conjunto por su mayor altura.
Exteriormente la vivienda se resuelve con un zócalo continuo de piedra sobre el que se asientan los diferentes volúmenes de la cubierta y que remiten en su acabado a los paramentos encalados de la arquitectura popular.
El paisajismo de la parcela se ha concebido para complementar la arquitectura de la vivienda y enfatizar la coherencia con el entorno. Su diseño se adapta a las características del terreno, creando un hogar que parece haber estado siempre allí.
La conexión visual entre el interior y el exterior de la vivienda fue uno de los objetivos principales del proyecto. Su organización permite generar espacios que facilitan su integración con el paisaje. Además, los amplios huecos, terrazas y porches posibilitan que la naturaleza se incorpore al interior, creando una sensación de continuidad y armonía.
Los espacios se organizan de tal modo que la casa sea funcional y fácil de habitar. Se ha buscado crear un ambiente que no solo sea práctico, sino también acogedor y agradable. Además, se han incorporado elementos de diseño que añaden calidez y carácter, como la iluminación y el mobiliario.
Interiormente destaca la estructura de madera vista de la cubierta del volumen del estudio y de la zona de estar que gracias a su doble altura aporta una mayor calidez y luminosidad al conjunto.
Desde el interior se intentan potenciar las relaciones con el exterior, ya sea a través de las vistas del valle o a la propia parcela, pero también con las relaciones entre las estancias, por lo que las zonas de circulación adquieren mayor importancia, principalmente con la escalera que da acceso al estudio.
La Casa Penente se presenta como un elemento más del territorio. Tanto su arquitectura como el paisajismo de la parcela han sido concebidos para fundirse con el paisaje circundante, dando como resultado una vivienda que parece haber surgido de forma natural en el lugar.